viernes, 15 de julio de 2011

El análisis del mercado laboral español desde la perspectiva europea

Son muchas las voces que desde Europa están efectuando durante los últimos meses, manifestaciones y valoraciones de la situación del mercado laboral española y de las reformas estructurales que efectivamente pudieran ser útiles para solventar los problemas más graves de la economía española.


Las conclusiones obtenidas por estos colectivos, soportadas por grupos de relevancia en la economía española, esencialmente por colectivos empresariales, se basan en el análisis comparativo de las medidas y los sistemas implantados en el resto de Europa y en los resultados obtenidos, para llegar a la conclusión de que los dos problemas esenciales del mercado laboral español- la elevadísima tasa de desempleo y la profusa utilización de las modalidades de contratación temporal- han de ser atacadas a través de una serie de medidas y reformas que aún no se han puesto encima de la mesa de manera seria y que no forman parte de la hoja de ruta del Gobierno español.

Se concluye que la tasa de desempleo podría ser sustancialmente reducida o controlada a través de de una efectiva descentralización de la negociación colectiva en materia salarial, de modo que los agentes sociales intervinientes en cada nivel empresarial tengan la máxima capacidad negociadora para ajustar las relaciones laborales a las circunstancias concretas, tanto económicas como de exigencias del mercado. En la actualidad, y esto es un hecho, las relaciones colectivas y por ende la negociación colectiva es demasiado rígida y se encuentra en la mayoría de las ocasiones desligada de la realidad empresarial a la que se aplica. Intento de aproximar la realidad negocial a la realidad productiva es la reforma del artículo 82 del Estatuto de los Trabajadores que a todas luces ha resultado ser insuficiente.

Igualmente, la actual reforma impuesta por el Gobierno en la materia que finalmente será tramitada como Proyecto de Ley, tras no llegar a un acuerdo los agentes sociales en las negociaciones mantenidas en los últimos meses, se presenta ya como inadecuada, ya que no contempla una flexibilidad en los términos y de la amplitud reclamada para que ésta tuviera efectos prácticos reales e inmediatos. Además, el recurso a la medicación y arbitraje en caso de discrepancias entre las partes negociadoras podría introducir un elemento distorsionador de efectos dudosos, y cuando menos indeseables en materia negociadora.

Por otra parte, del análisis del resto de mercados europeos se extrae que la alternativa al uso extensivo de la contratación temporal vendría a través de la reducción del elevado nivel de protección que tienen los contratos indefinidos. Existe una clara dualidad contractual que dificulta de manera muy importante la decisión empresarial en el momento de la contratación, siendo la inclinación más generalizada, como medio para dar respuesta a una situación de necesidad inicialmente coyuntural habida cuenta la inestabilidad económica actual, la utilización de un contrato temporal. Un acercamiento de la protección y el coste asociado a la contratación temporal e indefinida permitiría obtener un equilibrio más razonable de nuestro mercado laboral.

En definitiva, parece obvio que los cambios en el mercado de trabajo son, no solo recomendables, sino necesarios y eso, con independencia del origen de las voces que exigen los mismos, Éstos han de efectuarse si no queremos encontrarnos en una situación de irreversible recesión. El fracaso de la negociación colectiva y del diálogo social y el planteamiento del Gobierno acerca de esta cuestión no auguran una mejora sustancial de la cuestión, tal y como se ha apuntado, pero todos debemos continuar trabajando para el impulso del mercado de trabajo, la creación de empleo a través de herramientas que efectivamente contribuyan a la resolución de los problemas del sistema y a la reactivación de la confianza empresarial en la inversión en capital humano.

(Noticia extraída de Expansión)

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